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Monday, September 05, 2005

"NO CONFUNDA SU CIUDAD CON SUCIEDAD"

...reza un letrero en la ciudad de Copiapó, más grande que Coquimbo al parecer y la cual solo hemos cruzado ya que a Dominik le han dicho que nada hay para ver ahí además que no es un ciudad 'tan segura'... así que pasamos de largo hasta llegar a la entrada de Caldera, pequeño pueblito playero que me recuerda a La Pesca aquí en Tamaulipas. Quedamos en la entrada porque encontramos unas cabañas sumamente baratas, y son 2 habitaciones separadas a 4000 pesos c/u... es decir menos de 100 pesos mexicanos... (hemos estado tomando cuartos separados luego que mis ronquidos por lo general causan insomnio a los co-habitantes de los hostales que me hospedan, jaja). Caldera solo lo visitamos para cenar y pruebo un bistec 'a lo pobre', lo cual significa un montón de papas fritas, la carne encima y 2 huevos estrellados arriba de todo. Al día siguiente hago mi último viaje en compañía de Dominik. Curiosamente luego de pasar todo el viaje al lado del mar, aproximadamente 30 o 40 km después de Caldera, este desaparece para entrar de lleno al desierto de Atacama... 500 km aproximados es lo que recorremos hasta Antofagasta, lugar turístico que nos regresa al mar. En el mapa que traemos aparecen varios puntos que representan supuestos poblados en el camino, pero dichos datos son como los de un fantasma: recorremos kilómetros y kilómetros sin ver más vida que los demás vehículos ocasionales en la carretera o algún par de puntos que se encuentran en reparación con los obreros incluídos. Los puntos en el mapa jamás aparecen a no ser algún pobaldo inicial antes del desierto o hasta la mitad del camino donde un supuesto poblado resulta ser solo una gasolinera con un pequeño restaurante al lado y una vulcanizadora (no recuerdo como les llaman a estas por allá). Dominik se rehusa a poner gasolina a pesar de que le digo que no importa el momento: tiene que tener el tanque lleno de preferencia pues todavía le falta todo su viaje hasta el mero desierto de Atacama y el regreso... cuando estamos a cerca de 10 km por llegar a Antofagasta, por fin lo convenzo cuando la aguja marca insuficiencia de diesel. Poco antes hemos parado en una escultura de una mano gigantesca como a 30 km atrás, para tomar unas fotos. Cuando llegamos por fin al poblado (vía una desviación llena de curvas poco después de la gasolinera donde cargamos), nos topamos con una ciudad cuya avenida principal te lleva a mirar el mar, mucha gente y turistas, y sobre todo chicas guapas que es lo único en este mundo interesante para algunos mortales como yo... Tuvimos algunos problemas para coseguir alojamiento pero finalmente encontramos un hotel barato y un estacionamiento a la vuelta donde se puede dejar el vehículo por toda la noche. Recorremos un poco: como en la mayoría de los puertos, el centro es feo y sucio (remember Tampico batos); hay una plaza llena de negocios y gente, y Dominik quiere ver el mar. A pesar de que yo tenía una noción clara de por donde entramos, etc., le preguntamos a una mujer y nos señala otra dirección perpendicular a la que yo seguía por instinto. Fuimos hacia allá solo para toparnos con hoteles y edificios que acaparan la vista hacia el oceáno... 'capitalistas de mierda... en todos lados hacen lo mismo' es el tema momentáneo y optamos por regresar y cenar cerca del hotel baratísimo que encontramos (medio jodidón habría que añadir, pero yo no le pongo peros a esos lugares). Al día siguiente confirmaría mis sospechas: la dirección que nos dió la ñora realmente nos desvió de un punto donde si se podía apreciar la playa... es decir que no solo los chilangos hacen eso de darte señales falsas... Termino la crónica 'al tiro' en mi siguiente escrito....

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