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Friday, October 22, 2004

Cruce de un lao pa' otro....

El sábado por fortuna no tuve que irme a Monterrey y salí en avión desde Vicky city pa'l DF. Solo unos cacahuates y unas galletas que aún traigo guardadas para alguna emergencia, más un vasito con tequila y refresco de toronja; eso fue lo que consumí en la aeronave antes de la espera chilanga. Compré una revista y los condones más caros de mi vida (más de 100 pesos el paquetito, ¿así andan ya en todos lados o será que en los aeropuertos se aprovechan de las emergencias y olvidadizas memorias?). Antes del vuelo una tipa se me acerca para pedirme dinero, lo cual me rehusé a satisfacer. No sé si en todo el mundo es igual, pero el viaje en avión es de lo más incómodo que jamás imaginé. Muy dificilmente el cuerpo se adapta a ese pequeñísimo espacio y los asientos que no se mueven casi nada. Será que nunca había viajado 10 horas en avión. En fin, no sé cómo pude dormir pero si sé que al despertar fué dificilicsimo volver a lograrlo. Mi cuello y cadera estaban completamente molidos. Además por arte de magia mi almoadilla desapareció antes de que durmiera. ¡En autobús he viajado más cómodo!. Ya estamos cerca cuando en vez de mar y nubes veo poblados en la ventanilla. Unas perfectas maquetas son el preambulo al aterrizaje. La diferencia de esto a la masa caótica que antecede al DF me pone triste por un instante al pensar que no somos organizados del todo. Finalmente estoy caminando en Madrid y me encuentro con Maggie gracias al contacto donado por mi querida Lorena (aqui van mis escritos para que veas que no solo ando en el ocio). Ella ha hecho mi estancia en Madrid de lo más agradable, cosa que me sigue haciendo pensar en lo interesante que sale de su ciudad en México: Tijuana (a donde debo ir el año que viene, esa es una de mis promesas para dentro). Por messenger me entero que mis amigas de Vicky ranch se contactaron con Rogelio y Willy en el DF, y conocieron a Jessy Bulbo, el centro de las controversias entre Las Ultrasónicas y su ex-sello... España y Europa me agradan y comprueban a la vez otra visión particular, que no trae intención negativa alguna, sobre lo que le pasa al mundo: No son mejores que México (ni peores). Esto ya es tema de otro rollo sobre el cual luego me extenderé para desánimo de aquellos ignorantes que se cubren bajo el manto de una supuesta 'pureza', 'realeza' y demás necedades dignas de la aún firme convicción de estupidez humana. Ahora mismo ya ando caminando por Oviedo, donde mi compa de Victoria, Nacho, cursa su doctorado y me recibe hospitalariamente. Trato de ver y analizar todo sin prejuicios, pero recalando en el tema, algo que, por culpa de los acontecimientos diarios, por culpa de ociosidad intelectual, o por culpa de no tener mayores miras que las de sus propias almorranas (la gente en todos lados parece obstinada en refugiar su cabeza dentro de su propio culo); existen y persisten prejuicios de los más bobos. El racismo, clascismo, etc., aún hoy caracterizan poblados enteros. Y la desconfianza en sumo de unos y otros, parece el estigma de este fraude al que llaman civilización. Con justa razón entiendo que a tantos les encante México, sobre todo la parte del norte donde sin reservas unos tipos que poco te conocen te invitan a beber cerveza y compartir una carne asada a manera de bienvenida sin prejuicios. Ese 'primitivismo' en verdad que hace falta a los enganchados por este engaño al que han llamado 'progreso'.... preo bueno, yo a disfrutar del viaje... mañana posiblemente un concierto... hoy, si se puede, algo de alcohol, y la semana entrante a visitar mis compas en Italia. Byecito...

Monday, October 04, 2004

Caminos y mareos... así fue mi regreso de Tlaxcala hacia mi natal Vicky city. Buen relajo y pasatiempo, planes y cosas enmedio. Al llegar solo bastó un día más para emprender nueva salida: cita el miércoles en Tampico para ver a Fadanelli. Topamos de nueva cuenta con el Brillo y hacía tiempo que no veía a Elmer. Ahora que está totalmente sobrio y limpio de artificios alcohólicos, algunos podrían pensar en una persona aburrida más no es así. Al contrario cada vez más aburridos me parecen los conocidos por esta zona, tan llenos de alcohol y cocaína como queriendo suplir sus vacías existencias. Soy un ogro odioso por momentos, pero creo que exijo lo justo: no me jodan, no me estorben, no me jodan. No aceptes imitaciones rezaba aquel comercial de los triciclos "Apache" o la "Avalancha" que nunca tuve (bueno, en el barrio hicimos una con madera y unas llantas encontradas por la basura). Así lo pienso: al carajo con los imitadores e impostores. No me jodan. Cuéntame algo interesante o al menos permíteme descubrir que esta vida es divertida. Es miserable toparse con la vida-guiñapo que nuestro sitio de concurrencia ofrece. Somos mediocres, sí, pero en ello no encuentro trofeo alguno. No me jodan. Me llega a pasear por la cabeza la idea de irme a otro lugar, sitios nuevos aunque posiblemente igual de mierdas en el fondo como cualquier otra ciudad habitada por nuestra especie... Son tiempos de publicidad política; rimbombantemente pobre en sustancia, igual de patética e inútil que siempre, e igual de siempre los ganadores oficiales, los nuevos conocidos, los imbéciles con carro de buena marca. Mi estatura es mediana, pensaba en ello ayer al comer. Cuando eres poco corpulento podrías justificar tus peores acciones como una salida nacida del cerebro... como un sútil golpe que ampara la hombría a medias. Por ello quien no es corpulento y aún así opta por otros caminos merece una mueca de aceptación particular. Las mariconadas siguen siendo mariconadas a pesar de las justificaciones. Si mides cerca de un metro ochenta no hay justificación al acto. En ese grupo me encuentro. Podría ser un ladrón alfeñique unido al amparo de esta impunidad festejada, pero no encuentro justificación al acto. Maricones con pistola, eso son. Maricones con diarrea en la conciencia, pero valor en el alcohol, eso encuentro. Maricones con un apellido como amparo, un grupúsculo como sostén, un emblema político como escudo; ellos se saben ellos aunque no se vean a si mismos. Cuando mides alrededor de un metro ochenta y además no eres flaco, la vida solo te la puedes ganar a madrazos. Las mariconadas las toman los otros justificándose con un falso halo de inteligencia. Los viajes me hacen bien, y en el odio por quienes me rodean localizo el amor que me queda para quienes he sentido parte del mismo abrazo en que me encuentro... Me sentí atraido por esa joven de pechos prominentes y voluptuosas nalgas que ví cerca de mi en el último rave victoriano... sin embargo solo la duda se quedó conmigo. Y aún me queda tanto por hacer...

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